4 papas medianas, peladas y cortadas en rodajas finas
1 cebolla grande, en juliana
5 huevos grandes
100 g de queso de cabra (rulo o desmenuzado)
2 puñados de espinaca fresca
Aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita de azúcar moreno (opcional)
Sal y pimienta al gusto
Nuez moscada (opcional, para darle un toque aromático)
🍳 Instrucciones:
Caramelizar la cebolla:
En una sartén con un poco de aceite de oliva, cocina la cebolla a fuego medio-bajo durante unos 15-20 minutos.
Añade una pizca de sal y, si quieres, una cucharadita de azúcar moreno para potenciar el dulzor natural. Remueve hasta que esté dorada y tierna. Reserva.
Freír las papas:
En la misma sartén, añade más aceite si es necesario y fríe las papas a fuego medio hasta que estén blandas (no tienen que estar crujientes). Salpimienta al gusto.
Escúrrelas en papel absorbente.
Saltear las espinacas:
En otra sartén, saltea las espinacas con un chorrito de aceite hasta que se reduzcan. Apenas 1-2 minutos. Sal al gusto. Reserva.
Mezclar todo:
En un bol grande, bate los huevos con una pizca de sal, pimienta y una pizca de nuez moscada si te gusta.
Agrega las papas, cebolla caramelizada, espinacas y el queso de cabra desmenuzado. Mezcla con cuidado para no romper demasiado las papas.
Cocinar la tortilla:
Calienta una sartén antiadherente con un poco de aceite a fuego medio.
Vierte la mezcla y cocina unos 5-6 minutos, hasta que los bordes estén cuajados.
Da la vuelta con la ayuda de un plato (como una tortilla tradicional) y cocina 3-4 minutos más por el otro lado.
Reposar y servir:
Deja reposar unos minutos antes de cortar. Se puede servir caliente o a temperatura ambiente.
🍷 Sugerencia de acompañamiento:
Una ensalada fresca de rúcula y tomates cherry con vinagreta de miel, y una copa de vino blanco seco o rosado.